Cuando nos
enfrentamos a una imagen visual o audiovisual, ¿cómo se puede interpretar su
mirada? ¿Dónde esta la mirada: en quien la interpreta o en quien la crea?
Probablemente muchos matices sean los que influyan en la interpretación de cada
una de las imágenes a las que somos expuestos: nuestra mirada, experiencias,
prejuicios, emociones pero también los objetivos de quienes la crearon con la intención
de evocar, vender, crear necesidades o normalizar determinados valores.
Nuestro
conocimiento del mundo, en muchas ocasiones, se ve limitado a la mirada que
otros tienen de él (sin mayor pretensión o con ella), quedando nuestra libertad
coartada siempre y cuando no se nos proporcionen herramientas para tener una
mirada crítica, que descifre y entienda
las complejidades del mundo actual. En esta tesitura, obviamente, las personas
quedamos desprotegidas y con una única opción: asumir su visión del mundo como
propia.
Los medios de
comunicación siguen siendo culpables en su silencio y en su forma de presentar
cada una de las noticias y sus contenidos en función de determinados intereses
partidistas o económicos promoviendo en ocasiones espectáculos visuales que muy
poco tienen ver con la responsabilidad que tienen en sus manos y con la ética
profesional.
A pesar del
gran abanico de posibilidades que Internet ofrece en cuanto a alternativas
informativas, sigue siendo mucho más importante la influencia que tienen sobre
las personas los medios de comunicación de masas, la publicidad y la prensa
generando una opinión colectiva a costa de todo, sin escrúpulos, incluso manipulando
si es necesario las imágenes para contar lo que ellos quieran y responda a sus
intereses. También es cierto que no es necesario llegar a estas inmorales prácticas
para presentar una fotografía o imagen audiovisual de relativa objetividad en
prensa, para que automáticamente sea vista como un fiel reflejo de la realidad, de prueba de existencia y veracidad.
Esta es la crítica respecto a quien emite la
imagen y los posibles intereses que puedan entrar en juego, pero por otro lado
estas imágenes pueden ser interpretadas, y por lo tanto tienen múltiples
significados. Susan Sontag dice: “la fotografía es, antes que nada, una manera
de mirar. No es la mirada misma” (2007, p.135), y resume bien en esta frase el
hecho de que una imagen no es la realidad en si misma, sino un fragmento de la
misma desde la mirada subjetiva y particular de un individuo, que consciente o
inconscientemente aplico criterios de selección racionales y afectivos.
Desde esta
perspectiva, se duda de la existencia de una verdad absoluta, siendo la
realidad un cumulo de visiones subjetivas y relativistas. La interpretación que
demos de las mismas estará condicionada por los niveles de cercanía con el
referente, por el grado de sensibilidad ante el tema denotado y por las
herramientas que se posean para descifrar los códigos utilizados.
Los medios de
comunicación construyen la realidad diariamente a través de imágenes, informándonos
de los hitos que las industrias y los peces gordos consideran importantes y
proponiendo ideas y valores, en definitiva una forma de vivir, de ser feliz.
En este
contexto de intereses, el ámbito educativo formal y no formal, se presenta como
un escenario único para entrenar esa mirada crítica y fomentar el desarrollo de
una mirada propia, que dote de libertad y autonomía en la toma de decisiones y
en la construcción de un universo propio.
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